Cuando hablamos de lograr una excelente calidad del sueño, casi siempre nos fijamos en las características del colchón e, incluso, de la base de la cama. No obstante, las almohadas suelen pasar a un segundo plano de importancia.
Es por ello que saber cuándo cambiar una almohada es elemental, pues muchas veces estos elementos podrían causar problemas en la salud. En este artículo hemos reunido algunas señales y consejos que debes tener en cuenta para hacer una nueva adquisición en el momento adecuado.
¿Cuánto tiempo dura una almohada en buen estado?
Debes saber que esta pregunta no es tan fácil de responder, mucho menos si tenemos en consideración todos los aspectos que influyen en la durabilidad de una almohada. Sin embargo, existen algunos parámetros generales que no cambian.
El primero de ellos es el material de la almohada, y respecto a este punto debes saber que la fibra sintética es el que menos dura. De manera exacta, la vida útil de esta fabricación es de 2 años si se puede lavar, pero si no es así, el tiempo se acorta a solo un año.
Por su parte, las almohadas viscoelásticas y de látex tienen una durabilidad que va desde los 4 hasta los 6 años máximo, siempre y cuando se haga el mantenimiento correspondiente.
Y si hablamos de los materiales más duraderos del mercado, las plumas y los plumones son los que debemos mencionar. Con el cuidado correcto, este tipo de almohadas tienen una vida útil de 6 años en adelante.
¿Cuáles son las señales para cambiar una almohada?
Ahora bien, otro aspecto que debes tener en cuenta es que todos los tiempos que mencionamos solo son aproximados generales. Dependiendo del tipo de uso, de la marca y de los métodos de mantenimiento, los años pueden ser más o menos de los que nombramos.
Es por ello que recomendamos, ante todo, prestar atención a las señales que podrían determinar cuándo cambiar una almohada. Por supuesto, también debes asegurarte de que el colchón no huela mal y que tenga buenas condiciones e, incluso, debes tener en cuenta la base de la cama.
Dicho esto, a continuación te daremos un pequeño listado de signos que podrían sugerir el cambio de las almohadas.
Dolores en cuello y espalda
Si despiertas, de forma recurrente, con dolores en el cuello y en la espalda, deberías mirar el estado de tu almohada. En este caso, influye la forma en la que la usas para dormir, pero casi todas las personas suelen ponerlas en los lugares mencionados.
Para ser más exactos, te recomendamos verificar la firmeza de la parte de la almohada que está en contacto con tu cuerpo. Como recomendación, las almohadas de carbono activo son idóneas para moldearse sin perder estabilidad.
Asimismo, también es probable que sus malas condiciones puedan desencadenar una alineación inadecuada de la columna vertebral, provocando, entonces, dolores en la zona.
Deformaciones
Este es, posiblemente, el signo más visible del mal estado de una almohada. Es por ello que te aconsejamos prestar especial atención a la forma inicial de la almohada y a sus cambios a través del tiempo.
Recuerda que la rapidez de las deformaciones de una almohada dependerá, en gran medida, del material en el que está fabricada, pero no podemos dejar a un lado el tipo de uso que le des.
Mal olor
Otra de las señales que no puedes dejar pasar es el mal olor que presente la almohada, sobre todo si persiste después de lavarla. Estos artículos son otros que atraen una gran cantidad de polvo y bacterias que se vuelven más difíciles de quitar con el pasar del tiempo.
La suciedad por derrames de líquidos, comida y cualquier otro tipo de elementos similares también propician la formación de malos olores en las almohadas.
Alergias
Nuevamente enfocados en los posibles problemas de salud que podrías presentar, las alergias no solo son los más molestos, sino que —además de los dolores que mencionamos—, son los más comunes.
Como explicamos, las bacterias y otros organismos alérgenos suelen arraigarse en la superficie de las almohadas, aunque estas tengan fundas protectoras. La consecuencia de esto es que las reacciones alérgicas se vuelven más recurrentes y acentuadas.
Sonidos
Evidentemente, el sonido no es una característica habitual de las almohadas, y si comienzan a aparecer, es momento de evaluar su estado. Para ser exactos, la acumulación de sucio y humedad puede manifestarse a través de esta señal.
Consejos para alargar la durabilidad de la almohada
Ante todas estas señales, el cambio de almohadas es casi inevitable. Sin embargo, también existen algunas prácticas que podrían retrasar la desmejora de estos artículos, y después de conocerlos, podrás elegir algunas de nuestras almohadas disponibles.
Usa una funda
Es usual que todas las almohadas tengan sus fundas, pero nos referimos a incluir una que esté especialmente diseñada para protegerla de los ácaros y de otros elementos externos.
El contacto con la suciedad, los derrames y el polvo también puede evitarse con el uso de una funda protectora. En algunos casos, es posible que puedas incluir 2 de ellas; la de abajo para preservar las buenas condiciones de la almohada, y la externa con fines decorativos.
Lava la almohada
Aunque parece un consejo básico, muchas personas optan por dejar a un lado la limpieza de la almohada. La recurrencia del tiempo dependerá del material en el que esté fabricada, y de las instrucciones del fabricante.
Asimismo, la forma en la que se aseará puede variar, pues algunas almohadas pueden meterse en la lavadora, mientras que otras solo pueden asearse a mano o al seco. Además, debes tener en cuenta que algunas almohadas son más sencillas de asear, como nuestro modelo fabricado en viscoelástico.
En caso de que optes por meterla en la lavadora, asegúrate de usar los químicos adecuados (casi siempre son jabones especiales y detergentes suaves). Además, deja que seque todo el tiempo que sea necesario antes de volver a utilizarla.
Sacude la almohada
Este es uno de los consejos que puedes aplicar a diario, y consiste, simplemente, en sacudir la almohada antes de acostarte. Además, recomendamos hacer lo mismo con el resto de las sábanas para eliminar rastros de ácaros y suciedad almacenados.
Elige la almohada adecuada
Otro de los aspectos que debes tener en cuenta para que la durabilidad sea mayor, es elegir la almohada adecuada para ti. Dependiendo de tu posición y de los hábitos que tengas para dormir, podrás seleccionar una u otra alternativa.
Asimismo, recuerda que puedes optar por almohadas ergonómicas o especialmente diseñadas con un propósito si tienes algún problema de salud.
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